El salmón siempre lo he asociado a esos momentos solitarios en los que cocino para mí misma y puedo consentirme. Decidí asociarlo con el cilantro, una hierba aromática que me transporta a mi querida cocina colombiana. Esta hierba, también de uso común en la cocina asiática y mediterránea, es un salvaplato bueno bonito y barato, ese tipo de ingredientes capaces de sublimar un plato común y corriente. Eso fue lo que le pasó a mi salmón y ya les digo cómo.
2 filetes de salmón
1 cebolla puerro
2 cucharadas de mantequilla
1 cucharada de ajonjolí
1 cebollita roja
Sal y pimienta al gusto
Papel aluminio para la papillote
La idea es comenzar por preparar una mantequilla de cilantro. Saca la mantequilla de la nevera 30 minutos antes de comenzar la preparación. Pon a tostar el ajonjolí hasta que esté doradito, pica el cilantro y la cebolla finamente, evitando movimientos bruscos que podrían resultar en una amputación digital; lo que me pasó a mí por exceso de entusiasmo Mezcla los ingredientes, salpimienta al gusto y refrigera de nuevo. Precalienta el horno a 200º.
Corta la cebolla puerro en juliana.
Prepara la papillote, que consiste en una cocción al horno en un envoltorio generalmente de aluminio, lo cual permite a los alimentos cocinarse al vapor sin secarse y conservando todo el sabor.
Corta un pedazo de papel aluminio para cada porción y con un poco de mantequilla unta el lado brillante para evitar que se pegue.
Distribuye los puerros y coloca los filetes de salmón encima de la cebolla puerro. Cúbrelos con una capa de mantequilla de cilantro, cierra las papillotes doblando los bordes y hornea durante 10 minutos a 200º. El pescado se cocinará rápidamente en su vapor.
Al cabo de 10 minutos retira del horno y sirve.
Acompaña este pescadito con legumbres, yo decidí acompañarlo unas
papitas salteadas.
Al probarlo, cité repetidamente a mi amiga Elise ¡miam,
miam, miam!
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